Es una baraja, con la que se puede jugar y también permite adivinar el futuro. Las cartas del Tarot, están llenas de simbología de todo tipo. A pesar, que se cree que el Tarot como tal, tiene su origen en Italia en el siglo XIV en un juego de naipes, se sabe que está inspirado en juegos parecidos, que ya existían mucho antes: en China en el año 1120 un juego de cartas de marfil y el ajedrez; o en la India, un juego de naipes adivinatorios. Luego de Italia pasó a Francia y de ahí al resto de Europa. Para otros el Tarot fue introducido en Europa por los gitanos, que provenían de Asia Central. Para un erudito del tema del siglo XIX, Oswald Wirth, el Tarot es una obra de imaginería nacida en la Edad Media como fusión de varios símbolos y antiguas filosofías: los naibis, la numerología, la cábala y la simbología de la astrología. En España concretamente, debieron llegar en el siglo XIV, ya que existe un libro el obispo Lope Berrientos escrito en el siglo XV, en el que habla sobre él.
La etimología del Tarot es muy controvertida y existen muchas versiones distintas. Unos dicen que proviene del hebreo (dicen que deriva de Théraph = tablas del oráculo judío) o del chino o del griego (dicen que deriva de la palabra eratoi = compañeros) o del árabe (dicen que deriva de la palabra tar = enemigo) o del latín (dicen que deriva de la palabra terere = barajar) o según la Corte de Gobelin (que deriva de la palabra egipcia tar = vía o camino y rog = rey o real). Para otros proviene de la Doctrina de Coth. Según Papus y Guillaume Postel proviene del tetragrama cabalístico de los judíos. Para J.A. Vaillant proviene de los fenicios Ashtaroth, que significa a la diosa madre progenitora de los series vivos.
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